lunes, 1 de junio de 2009

Serranilla.

Yo soy la condesa de Malta y os voy a contar una historia que me ocurrió hace muchos, muchos años y que me cambió para siempre. Caminaba yo por una de las más lujosas calles de Guadalajara con toda mi escolta y mi carruaje, creyéndome la mas pura, delicada fina y elegante personificación de la belleza cuando, de repente, un enorme camión pasó opr nuestro lado, asustando a los caballos y lanzándome fuera del carruaje. No sabía si fuera por el caos que estarían vivendo en este momento o por que, pero, la cuestión es que me dejaron atrás, me olvidaron. ¡Cómo han podido olvidarme, pensaba yo!La respuesta era sencilla, simplemente, no querían aguantar más a la orgullosa y caprichosa duquesita, pero eso todavía no lo sabía. Llovía, hacía frío, me estaba helando hasta los huesos. Un hombre muy muy guapo se me acercó de repente, tenía, además. los ojos verdes más bonitos y brillantes que había visto en mi vida. (Que dichosa debe de ser la mujer que posea su carazón- pensé)- Quiere uted venirse pa mi casa comigo?- me preguntó con un tono muy vulgar aúnque muy sutilmente. Aúnque bien guapo era el hombre perdía toda esa belleza cuando hablaba.(¡Que horror un paleto!- pensé.)Como me moría de frío me fui a su casa prometiéndome a mi misma no contarle eso a nadie jamás. De aquella noche, sólo recuerdo haber bebido mucho vino y haber comido bien. A la mañana siguiente, me desperté en una extraña cama, me vestí corriendo y me encontré al paleto del que ni siquiera sabía su nombre en la cocina desayunando. - ¿Qué haces?- pregunté. - Oye, quiero que sepas que no me acuerdo de nada de lo de anoche y no quiero que se lo cuentes a nadie, porque tú... sabes quien soy no?.
- Po supuezto, tú ere la condesa marcriada, la de Malta. Y el que t'agradecería que no le comtaras esto a naide soy yo, no se que te hace pensar que quero la gente lo sepa ¿que te cres la reína de la belleza? En ese momento me fui de allí toda avergonzada, encontré la forma de llegar al palacio de mi tío y llevo allí viviendo cinco años viviendo una nueva vida la gente me quiere y me respeta porque soy buena, no como antes, y todo gracias a aquel paleto de los ojos azules.

lunes, 11 de mayo de 2009

El amor y la locura.

- ¡Lo tengo! ¡Lo tengo!.Tengo la solución.
La Locura dio un brinco y después otro y dijo:
- Muy fácil. ¡Se trata de un juego!.
- ¿Y que juego es? – preguntó la intriga cada vez más intrigada.
- Es el juego del escondite.
- ¿Y a eso como se juega?
- Muy fácil, muy fácil.. - dijo la Locura dando vueltas alrededor de la Intriga - Uno de nosotros se pone a contar de uno a cien de cara a un tronco muy grande y con los ojos tapados. Y los demás salen corriendo a esconderse donde puedan. Luego el que cuenta sale a buscar a los demás. Si al último que encuentre es una virtud, serán las virtudes las que habiten al hombre en mayor número, si es un vicio serán los vicios los que habiten a los humanos.
-¿Y si encuentra una pareja de virtud y vicio?. – preguntó la intriga.
- Muy sencillo, se repartirán por igual.
La Inteligencia, que hasta entonces se había creído la más inteligente pensó:
- "Vaya idea que se le ha ocurrido a esta Locura. ¿Por qué no se me habrá ocurrido a mí?."
Entonces la Intriga preguntó:
- ¿Quién va a contar?
Y la Ternura dijo:
- Anda, Locura, ya que se te ha ocurrido a ti tan buena idea, ¿qué mejor que seas tú quien cuente?.
- De acuerdo, de acuerdo.. - dijo la Locura.
Y se fue a un tronco a contar:
- Veintisiete, cuarenta y dos, catorce, sesenta...
Todas las virtudes y los vicios salieron corriendo a esconderse.
La Justicia cogió de la mano a la Verdad, porque la Verdad siempre acompaña a la Justicia, y se fueron hasta un río que pasaba por allí cerca. Era un río de aguas cristalinas y puras. Y la Justicia dijo:
- Nos esconderemos aquí, para que luego digan que la Justicia no es clara. -
Y la Justicia se escondió en el fondo del río junto con la Verdad.
La Ensoñación cogió a la Ternura de la mano y dando saltitos se fueron a esconder detrás de una nube rosa. Y allí comenzaron a pintar las nubes de tonos morados, rojos, rosas …Y es por eso que en los atardeceres el cielo se llena de nubes de colores.
La Lujuria cogió de la mano a la Pasión y juntas escalaron una montaña para esconderse en ella. Pero una vez dentro la temperatura empezó a subir y las rocas a calentarse y a fundirse hasta que la Lujuria y la Pasión hicieron nacer un volcán en aquella montaña.
La Pereza no se movió de donde estaba. Con el sueño que tenía ella, se iba a molestar en esconderse. Vamos, y se echó a dormir detrás de un banco que había por allí cerca.
Y así se fueron escondiendo todos, todos menos dos.
- treinta y tres, cincuenta y ocho, siete...
La Envidia, envidiosa como siempre, quería saber donde se escondía todo el mundo y se quedó allí en medio.
- setenta y siete, ochenta y seis, cincuenta y uno...
El otro que no se escondía era el Amor. Porque el amor es indeciso y no sabía dónde esconderse.
La Locura estaba llegando al final de la cuenta:
- noventa y ocho...
El Amor y la Envidia no sabían dónde meterse. La envidia vio un pino y se subió en lo alto.
- noventa y nueve...
En el último momento el Amor se tiró a un rosal de rosas rojas donde nadie se había escondido porque estaba lleno de púas.
- y ¡cien!.
La Locura se dio la vuelta y empezó a buscar a sus compañeros.
- ¡Cruz por la Lealtad!.- La Lealtad, leal como era, no se había movido del lado de la Locura.
- ¡Cruz por la Esperanza!.- La Esperanza se había escondido cerca pensando que quizá no la encontrarían.
- ¡Cruz por la Ignorancia!.- La Ignorancia, despistada salió preguntando
- ¿A qué estamos jugando?
- ¡Cruz por la gula que está comiendo pasteles!.
- ¡Cruz por la Soberbia!.
La Soberbia salió muy encendida y dijo:
- Me había escondido muy bien, ¿A que me has encontrado de las últimas?, ¡Vamos, con lo bien que me escondo yo!
- ¡Cruz por la Humildad!.
La Humildad se acercó a la Locura y le dijo:
- La verdad es que me has encontrado muy bien.
- ¡Cruz por la Pereza!.
La Pereza seguía durmiendo plácidamente a pesar de todo el alboroto que la Locura estaba montando.
La Locura llegó hasta el río de aguas cristalinas, miró al fondo y vio a la Verdad y a la Justicia. Y gritó:
-¡La Justicia y la Verdad están allá abajo!.
La Justicia, que vio que la habían visto, revolvió el fondo para que las aguas se volvieran turbias y no pudieran verlas. Y le dijo a la Verdad:
- Tú quédate aquí que yo saldré por las dos y convenceré a la Locura de que no te ha visto.
Y la Verdad le hizo caso y allí se quedó, y la Justicia salió corriendo detrás de la Locura, y corría más y más hasta estar a punto de alcanzarla cuando de repente se tropezó con una piedra y se cayó. Con la caída se había lastimado una rodilla, pero aun así se levantó y siguió corriendo cojeando, pero cuando llegó la Locura ya había llegado.
Es por eso que la Justicia cojea, pero siempre llega. Y desde entonces a la Verdad no se le ve por ningún lado.
Luego la Locura miró al horizonte y vio nubes de colores en forma de dragones, elefantes, princesas, duendes y castillos. Y pensó la Locura:
- "Esto parece cosa de la Ensoñación, y si la Ensoñación está por aquí la Ternura no tiene que andar lejos".
Y efectivamente, subió hasta las nubes y allí vio a la Ensoñación contándole cuentos a la Ternura y esta mientras tanto hacía nubes con las formas que le relataba la Ensoñación. Y la Locura, viéndolas tan atareadas no quiso molestarlas y escribió en una nube: "¡Cruz por la Ensoñación y la Ternura!." Y se fue.
La Locura ya había descubierto a todo el mundo menos a dos: la Envidia y el Amor .Ya no sabía dónde buscar y miró al cielo para pedir ayuda. Y con esto vio a la Envidia que estaba en lo alto del pino.
- ¡Cruz por la Envidia!.
La Envidia, envidiosa de que no hubieran encontrado al Amor, se bajó del árbol y dijo:
- Pues el amor está escondido en esas zarzas.
La Locura dio vueltas a la zarza pero no vio al Amor, y es que el Amor es difícil de encontrar a veces.
La locura intentó apartar las zarzas pero se pinchó.


<3 LOVE* ..